Comunicados | Colegio Santo Tomás Talca

Paciente Realismo

Publicado el 24/08/16

Pedir a un niño o a un joven sólo aquellas cosas que no le signifiquen un sacrificio desproporcionado.

Reclamarle sólo una cuota de esfuerzo que no provoque resentimiento o acciones puramente forzadas.

El camino ordinario es proponer pequeños pasos que:

  • puedan ser comprendidos, aceptados y valorados,
  • impliquen una renuncia proporcionada.

De otro modo, por pedir demasiado, no logramos nada.

  • La persona, apenas pueda librarse de la autoridad, posiblemente dejará de obrar bien.

 

Experiencias de abandono, de desilusión, de carencia afectiva, o por una mala imagen de los padres.

Hay que ayudar a los adolescentes a practicar la analogía:

  • los valores están realizados especialmente en algunas personas muy ejemplares,
  • pero también se realizan imperfectamente y en diversos grados.

Es necesario ayudarles a hacer un camino de curación de ese mundo interior herido, de manera que puedan dar un paso para comprender y reconciliarse con los seres humanos y con la sociedad.

 

Avanzar de diversas maneras de acuerdo con la edad y con las posibilidades concretas de las personas.

Sin pretender aplicar metodologías rígidas e inmutables.

Pero también la libertad requiere cauces y estímulos:

  • abandonarla a sí misma no garantiza la maduración;
  • la libertad concreta, real, es limitada y condicionada;
  • no es una pura capacidad de elegir el bien con total espontaneidad.

Por ejemplo, un adicto compulsivo a la droga:

  • cuando la quiere lo hace con todas sus ganas, pero está tan condicionado que por el momento no es capaz de tomar otra decisión;
  • por lo tanto, su decisión es voluntaria, pero no es libre;
  • no tiene sentido «dejar que elija con libertad», ya que de hecho no puede elegir, y exponerlo a la droga sólo aumenta la dependencia;
  • necesita la ayuda de los demás y un camino educativo.”

 

Para profundizar: