Vencer al “bullying”: tarea de todos

De acuerdo con Abrahm Magendzo y los investigadores de la Fundación Ideas, se habla de bullying  en la escuela cuando “existe un comportamiento agresivo o el acto intencional de hacer daño a algún/a otro/a, que se lleva a cabo de forma constante durante un período de tiempo y en el cual existe una relación interpersonal caracterizada por una asimetría de poder”, que puede asumir distintos soportes para ejercerse, ya sea a través de golpes (soporte físico), insultos (soporte verbal), exclusión (soporte relacional) o agresiones por medios de comunicación digitales (soporte digital). Corroborando lo anterior, el Ministerio de Educación indica que, si se dan las siguientes 3 características, se está en presencia de bullying:

1. Se produce entre pares.
2. Existe abuso de poder e imposición de criterios a los demás.
3. Es sostenido en el tiempo.

Según encuestas realizadas por el Ministerio de Educación, las situaciones asociadas a bullying son más frecuentes en establecimientos municipales (52%), que atiende a grupos sociales de sectores medios y medio bajos, localizados en áreas urbanas. Peor aún es reconocer que existe una relación directa entre mayor frecuencia de conductas asociadas a bullying y bajos resultados en el SIMCE de lectura y matemática, lo que transforma a este problema en un serio obstáculo para el logro de mejores aprendizajes.

A nivel nacional, el Ministerio de Educación está realizando desde hace algunos años una importante campaña para favorecer la convivencia escolar, a través de la formulación de una política de convivencia escolar que posee un triple enfoque:

1. Enfoque formativo, que busca favorecer el aprendizaje y enseñanza de vivir con otros.
2. Requiere del compromiso y participación de toda la comunidad escolar.
3. Todos los actores de la comunidad escolar son sujetos de derecho y responsabilidades, y por tanto deben actuar favoreciendo el resguardo de la dignidad de los otros.

Como parte de la política nacional de convivencia, existen hoy día encargados de convivencia escolar en todos los establecimientos escolares del país, quienes canalizan las denuncias y las informan oportunamente a las autoridades competentes. También es obligatorio que los establecimientos cuenten con un reglamento interno donde se visualice la convivencia escolar y protocolos de actuación, firmado por los principales actores de la comunidad educativa. Sumado a lo anterior, se puede encontrar información relevante y actualizada en la página www.convivenciaescolar.cl

Junto con las medidas anteriores, creo que también es necesario considerar:

1. Fortalecer el trabajo de los profesores jefes con horarios realistas, que les permitan realizar entrevistas sistemáticas a estudiantes y sus familias. Paralelamente, estos/as profesores deben recibir capacitación para contar con herramientas teóricas y metodológicas que les permita gestionar la mejora de la convivencia en el aula.

2. Asociación de Establecimientos Educacionales Secundarios con Instituciones de Educación Superior, a través de las prácticas tempranas, de modo que los estudiantes en práctica contribuyan con talleres a promover la sana convivencia.

No olvidar la relevancia de los/las profesores jefes e incluir a la Educación Superior en el trabajo conjunto para mejorar la convivencia escolar, favorecerá enfrentar un problema que se ha instalado en nuestras aulas, y que es necesario asumir sistemática e interdisciplinariamente.

Paula Luna Ramírez Directora Colegio Santo Tomás Los Ángeles